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Concurso Internacional Carlos Pellegrino Award México. Septiembre 2018

Concurso  Internacional Carlos Pellegrino: Recuperación  Parque Benito Solari. México. Septiembre 2018.                      

La ciudad  “del Salto Oriental”, ubicada a orillas del río Uruguay, rodeada, casi como una isla, por los arroyos Sauzal y Ceibal, fue descripta e imaginada como tal por viajeros de otras épocas.

La Represa de Salto Grande la une con un puente a la Mesopotamia argentina que forma un lago vasto, de gran belleza.

OrígenesSu geografía de frontera  con Argentina y sus  restingas de piedra formó un enclave desde la prehistoria, un lugar de cruces de caminos y de pasaje. 

Por esa razón  su fundación  histórica es discutida. Se sabe que los indígenas que la habitaban,  en su vida semi errante permanecían acampados en sus cercanías esperando las bajantes  y crecidas de las aguas para repechar o bajar el río.

Paisajes.  Una ciudad rodeada  de  campos fértiles  aptos para la agricultura. Quintas y chacras de frutales y verduras  hacen su paisaje aledaño. 

Un suelo de arenas negras ideales para las viñas y naranjos, conjugado  con  la agricultura  de cereales. Praderas naturales, ideales para la cría de ganado, “Inmensas dehesas”, así descritas por los primeros europeos fueron el suelo indicado  para  que se instalaran  las estancias jesuíticas. La estancia Yapayú llegaba hasta el Salto Grande.

Aún  en sus campos duros de basaltos, las antiguas  lavas negras, pastan  y se crían  las ovejas.

Cultura. Salto es  una tierra donde se conjugaron culturas  dispares. La de sus aborígenes guaraníes,  que aun   marcan su presencia  con su lenguaje,  sus costumbres  y  su gente.  El mate, el pororó (maíz explotado), los nombres de la  flora : mburucuyá,  la de sus árboles:  el Ingá, Guaviyú, Ibirapitá y  otras que describen  los  paisajes: Itú, salto de agua, Arapey, agua de un día.

Mucho  tiempo después vinieron  los inmigrantes europeos:  primeros españoles, luego italianos y de otras muchas  tierras. Garibaldi y sus legionarios defendieron esta “banda” en la Guerra Grande, 1840 -1850, en batallas que  consagraron  su libertad, en los campos cercanos a Salto de San Antonio

Esta urdimbre humana en un  litoral compartido de naciones y alejado de la capital,  Montevideo, formó  un temperamento de  buscar sus propios horizontes para encontrar  un    destino.

Surgieron  astilleros : “Compañia Fluvial a Vapor” donde se construían  vapores    que navegaban el rio con pasajeros que  en una noche llegaban a Buenos Aires. 

Grandes saladeros  como  La Caballada, La Conserva,  embarcaban su producción  de tasajo hacia Bahía  y  la Habana. Sus bodegas  añejaban vinos  con las cepas Tannat  llamadas  aquí, “ uvas Harriague”, llegaban a París y obtenían premios. 

Se formaron sociedades  culturales con  inquietudes sociales. El   Ateneo, un Teatro de Opera,  “El Larrañaga” e institutos  de enseñanza  politécnicas  de avanzada.  Se construyeron  edificios de protección  social, el Lazareto, el Asilo de Niños, el Hospital. Representaban  inquietudes de una época que  atestiguaban  un afán  de progreso  y  de vocación cosmopolita  que coincide en el tiempo con  la  creación del Parque.

 

Benito  Solari. Este  escenario de diversas inquietudes y propuestas era el entorno que compartía don Benito. Descendiente de genoveses.  Su padre  Pedro había partido de San Michel  próximo a  Rapallo en su propio  velero, una goleta. Pertenecía a una familia de  pescadores  y navegantes del Mediterráneo, viajó  siendo muy joven  llegó al Rio de la Plata por la incertidumbre de Buenos  Aires  remontó el rio Uruguay. Fue  interceptado en Gualeguay el gobierno  de Urquiza en febrero 1847 le permite remontar el rio.   

Don Benito accedió a una  educación que incluyó idiomas, el francés  académico, que se enseñaba en Salto.

Desde muy joven, siendo adolescente  partió en una carreta  repleta de mercadería para el campo, a la campaña más remota  a establecer un comercio en Matojo,  en el confín  de Salto. En la tierra, en el almacén  de don Santiago Arzadun. El contramaestre del Napoleón   el velero de su padre.  Pasado un tiempo y logrado el éxito, volvió  a Salto y con  su hermano Nicolás  se unieron al comercio establecido.  Pedro Solari e Hijos,  después  de la muerte de su padre  lo llamaron con sus iniciales   ByNSolari, una firma prestigiosa  en una vasta zona al norte del país. Barraca de “frutos del país”-cueros y lanas- importador y exportador  de mercaderías  mas elaboradas,  almacenes al por mayor. Fue un reconocido  criador de ganado  vacuno con trofeos  ganados en exposiciones  nacionales  de razas vacunas,  se dedicó   a la agricultura  y  cultivador  de citrus  de variedades comerciales. 

Conocía  las necesidades que lo rodeaban. Le interesaba  el progreso de la ciudad, el bienestar  de la gente y el paisaje de su tierra. Rodeó la ciudad con largas carreteras, a los cuatro vientos, marcados  por arboles   grandes, corredores   de sombra, hoy casi desparecidos. 

Poseía  el bagaje de una cultura   de  viajes, principalmente  a Europa. Viajaba  para   conseguir mercaderías para sus  Almacenes y Registro de telas. 

Las fotografías  atestiguan  esos viajes, los paisajes, sus motivos  de viñetas, se replican en el Parque.  La  Glorieta historiada de hierro,  fue encargada expresamente a Francia para  instalar en el Parque.

Le sobrevino  la muerte  en un momento de  grandes expectativas  con  muchos sueños por cumplir. 

En esa circunstancia del destino era Presidente del Concejo Administrativo Departamental.  El  órgano  de gobierno.   

Esta experiencia   le hacía   sopesar las necesidades  de la ciudad y vislumbró  que algunas  coincidían con su   gran  sueño :  que existiera un parque  público  para los habitantes  de Salto. Como lo habían en otras ciudades del mundo que había  conocido. La ciudad necesitaba un parque  de recreo, de solaz  familiar.

Un lugar donde  encontrar  la paz, el disfrute de la naturaleza  y el derecho de compartir un espacio en que cada uno  lo sienta  como suyo. 

 

Quinta Blandengues.  Era una quinta  privada  del siglo XIX .1894 -1923. Cuando fue donada ya tenía  casi  treinta años de plantada.

 “Quinta Blandengues” era una de sus quintas. Las tierras las había comprado anexando dos solares  de chacra en  el año 1894. Allí  plantó naranjos  para comercializar sus frutos. Mandarinas  en las tierras arenosas  llanas en la bajada de la Glorieta.

 Donde hoy se encuentra el Jardín de Silva Delgado  existía un naranjal  de cientos  de   naranjos.  Naranjas  dulces, “criollas”,  y  de otras  variedades  más  sofisticadas  y exquisitas  menos comunes. De Concordia, Argentina  vinieron  en la década del cincuenta, a esa plantación  casi extinta,  para  conseguir las   yemas  de estas  variedades, únicas. 

En  la “Casa de Piedra”,  donde vivían el cuidador y su familia, se había  plantado un huerto de frutales.  Viñas, durazneros, membrillos para dulces, nísperos,  manzanas,  perales, ciruelos. También  un invernáculo para las plantas tropicales.

Una caminaría demarcada con  piedras lapidadas recorre un bosque de cipreses y eucaliptos,  árboles entonces introducidos al país por su valor en la madera.

Topografía de la quinta. Se caracterizaba   por sus desniveles abruptos,  alturas  y hondonadas, arenales  llanos aptos para  ser plantados, intercalados  con  bancales de piedras areniscas que definen  paisajes muy disímiles. 

La entrada principal, un portón de hierro sostenido  por un largo  muro con rejas sostenidas por columnas  en un laborioso tejido de piedras y ladrillos. 

Una cañada,  le permitió establecer un estanque  que incluye una isla   con colecciones  de bambúes. 

Esta  cañada a la salida  del parque  se convierte en “el riacho”,  su nombre  de Sauzal   recorre  la ciudad tropezando y define un paisaje, en las crecientes  le da entrada al rio.

 Don Benito vivía con su familia en una casa de altos sin jardín. La quinta Blandengues se convirtió en el jardín  de esparcimiento  familiar, donde jugaban sus hijos  y donde  también se trabajaba y cultivaba  la tierra con un propósito comercial, un sentido  de equilibrio. 

Se cosechaban, todos los días, las verduras de la huerta  para el consumo familiar y las  flores, que seguían la ronda de las estaciones, se recogían en inmensos ramos todos los días  y se llevaban a su casa donde había jarrones para las rosas, para los jazmines, para los gerberas, freesias.  Su mujer adornaba  su casa, regalaba  a sus amigas y  entregaba a enfermos  mas queridos.  Un jardín  pletórico de flores  y de verdes, con colecciones de rosas traídas de Francia de la casa  Vilmorin. Era el ámbito  natural y exquisito  de pavos reales  que en un coto cerrado  deambulaban mansos  y los visitantes, cuando el Parque fue público,  seguían a la espera que desplegaran  su  cola de ojos violetas en lampos de  esmeraldas y conseguir sus plumas. Las gallinas de Guinea se procreaban  solas y recorrían el parque  en pequeñas bandadas   con su plumaje  jaspeado de grises y marrones   en metamorfosis  con la  tierra, camufladas en  el soto bosque. Los gansos  blancos, en el lago,  en formación  eran la fotografía  que  ningún visitante quería  perderse.

 

Parque Público.  Don Benito Solari fallece  el 3  de junio  de   1923 de una   enfermedad   fulminante en una  época donde   había   muy pocos recursos  médicos.  Intuye  el  desenlace fatal  y solicita la presencia de su escribano.  Pocas  horas antes de morir dicta  su testamento, adjudica, sus bienes a su familia, a sus colaboradores más próximos, y  expresa su voluntad  de dedicar  su quinta bien amada  al pueblo de Salto.  Manifiesta su intención  de agradecer, de esta manera,  a una tierra  que lo había acogido con generosidad hospitalaria .

Dedicó entonces  su Quinta Blandengues  al pueblo de Salto. Una “donación modal” así denominada jurídicamente que  condiciona,    entre otras expresadas,   que   el uso del parque estará librado siempre al uso público en todo el sentido  de la palabra.  Una exigencia  necesaria que  de  no cumplirse  anula la donación.  Su destino de parque público,  debe ser respetado en todo lo que esto significa.

La quinta   Blandengues se entrega oficialmente a  las autoridades  públicas con el inventario  completo de sus plantaciones e instalaciones de riego, molinos, casas, etc. 

 

Inauguración. Se inaugura  el 28  de  diciembre de 1924  a las 18hrs con el nombre de Parque Benito Solari. Antes  ya se habían  realizados algunas intervenciones  de la administración pública.

En una  pequeña isla construida con ese  propósito se instala  una escultura   de mármol blanco de Carrara  “La Venus del Baño”, una  réplica de la original en los Museos del Vaticano.

El Parque se transforma desde su inauguración, en el lugar preferido de los salteños  de todas las edades y de  todas las condiciones sociales.  Su historia, es muy densa en acontecimientos sociales  que  abarcó generaciones. 

Por muchas décadas  fue el único  paseo público de Salto.  Se organizaron  festivales de deportes, de cine, de  música popular y clásica. Eran un ritual  las tardes de  Retretas. 

Vida social. Una pista de baile, entre  cipreses y pinos, los domingos de tarde, era una cita obligatoria. Los juegos  de  niños, los festivales  de patines, los paseos en los botes  del lago, rodeando la isla,  las fiestas campestres de fin de año de las escuelas, de los liceos, los certámenes de poesía.

Fue un escenario muy   buscado  para  las fotografías  de las novias, de las quinceañeras  con sus trajes  preciosos, de celebraciones.

En el año xx  se organiza el Congreso Eucarístico, se celebró una misa  y concurrieron miles de personas. 

No había otro espacio  en Salto de  tamaño suficiente para  una concurrencia multitudinaria. Incluso  debió  alterase el paisaje del Parque, una poda de árboles y  se hicieron  cambios para que el acontecimiento fuera posible. 

El Parque sufrió periodos de decadencia,  de abandonos, de intervenciones no felices. Incendios  recurrentes, tormentas que arrancaron  cientos de árboles.

En una época,  le impusieron un zoológico, un paisaje  que se leía  en jaulas atadas a los arboles ocupadas por animales infelices.  De tarde se soltaban   los monos para que sobrevivieran un cautiverio muy penoso. Cuando mudaron   este zoo se llevaron el puente   de  hierro que con  un leve arco conducía a  la isla. 

Visitantes famosos  Enfrente al parque,  cruzando la calle, el escritor Enrique  Amorim   construyó su casa. Estaba  emparentado con Jorge Luis Borges.  En sus visitas  a Salto Borges pasaba horas en el parque. En la década del cuarenta alguien  había regalado  un puma que viajó en una jaula de cañas muy gruesas en Ferrocarril desde Paraguay. Este animal  fascinaba al escritor argentino. Cuando no lo encontraban  sabían, estaba “atrapado” por el puma.

Abandono 

En la década del setenta permanece dos años cerrado. En el  portón de hierro,  una cadena gruesa  atada con candado  cierra el paso. La  institucionalidad  en el Uruguay había  sido quebrantada.  Los parques públicos, lugares de reuniones y acontecimientos sociales  sufren este  menoscabo, este  oscurantismo. 

En ese  entonces, Leandro  Silva Delgado vivía  en España. Había  restaurado el Real Jardín Botánico de Madrid. Se le consideraba  una eminencia en  estudios  paisajistas. Intuía  la belleza  del paisaje y la revelaba. 

Se le pidió entonces, que  interviniera en el Parque.   Su talento era  reconocido valorado.

Se  apelaba también,  a su condición de salteño con reminiscencias  jardineras   del lugar. 

Descripción del  Parque de Leandro Silva Delgado. En una carta   escrita en Madrid en 1975, valora y  evoca  sus visitas al parque  en las décadas del 1940. 

“….Te equivocas, eso sí, al imaginarte vago e impreciso el recuerdo que tengo del “Parque Solari”. Y tengo que contarte el porqué.

Fue allí, en ese rincón privilegiado de nuestro, Salto donde siendo yo muy niño, se produjo el primer contacto, (puedes sustituir por “impacto”) entre un parque, y mi entonces joven sensibilidad. Fue allí, donde entré definitivamente por la puerta que da acceso a un ámbito del que no habría de salir jamás. Un ámbito material, y espiritual en el que reinan la sombra ¡en nuestro verano! La luz y la penumbra, la evasión y el ensueño. Pienso en aquel estanque tan modesto, embarrado y encantador donde aprendí a remar en una chalana, antes de hacerlo, mucho antes, en el 24 del Club Remeros. Siento todavía el perfume, resinoso de los cipreses mezclado al eucaliptus y en la explosión blanca de las “Coronitas de Novia” en primavera, que ahora, me he acostumbrado, por exigencias de la profesión a llamar por su nombre científico, menos bonito de “Spiraea Van Houttei”. Fue allí, donde descubrí las primeras azaleas en grandes macizos ¡¿Existirán todavía!? Y los frutos raros de la maclura, que desde entonces he visto muy pocas veces…sí, ya lo creo que me acuerdo del “Parque Solari”...

 

Jardín  Español del Descubrimiento. Situación del parque  en esa época.

El Parque, como ya se dijo, había sido abandonado oficialmente  y depredado con incendios  intencionales. En la parte norte, un área vacía  mostraba  un paisaje depredado.  Una pista  de  carreras  de “karting ” deportivo,  sin terminar, abandonada, desgarraba  el paisaje. Se había socavado hasta el subsuelo. 

A Silva Delgado le impresionó esta herida extensa y profunda, este  triste espacio vacío. Había sido en su origen  una plantación de naranjos.  Decidió  entonces, que allí crearía  un jardín con sus mínimos detalles. 

Se acercaba  el año  1992 , se celebraría  la conmemoración   de quinientos años del  descubrimiento de América . Lo  animó  entonces, la idea que España podía compartir     un proyecto que  incluiría  especies  benéficas  introducidas  a América  en su historia colonial.  El olivo, las viñas, los naranjos, entre otras. 

 El proyecto auspiciado por   España  se plasmó en el   Parque : “El Jardín  Español del Descubrimiento”, que hoy lleva su nombre.

 

Carta  de Salto y Recomendaciones del Paisaje

 Se realizó en Salto el  Primer Encuentro Iberoamericano de Paisajismo en el mes  de  mayode 1988. Organizado por la Comisión Honoraria del Patrimonio de Salto , Carlos Pellegrino y   Leandro  Silva Delgado. Participaron : Roberto Burle Marx  de Brasil, Ana María Demo de Fiore,  de  ArgentinaPradial Gutiérrez  de ArgentinaRosa Grena Kliass  de Brasil, Marta Cecilia Fajardo de ColombiaLeandro Silva Delgado de España / Uruguay, Carlos Contreras Pagés  de México, Alfonso Leiva de  Colombia, Jhon Stoddard  de Venezuela.       

Permanecieron  en Salto casi una semana.  Se reunieron  todos los días en la planta alta del Ateneo. Intentaban  establecer y definir el estudio  del paisaje. Un método  académico que valore  las intervenciones  en los espacios verdes  guiadas  por  perspectivas multidisciplinarias. Logran un documento, “Carta de Salto”   donde establecen  pautas para   enfocar  el diseño del paisaje. Un  enfoque muy necesario, que protegería los paisajes de  América con  esos conceptos. Visitan  el Parque entre otros escenarios   y establecen además , “Las  Recomendaciones para las ciudad” que  incluye  al Parque y lo valoran.                                      

 

Recomendaciones del Primer Encuentro Iberoamericano de Paisajismo para la Comunidad de Salto y la Intendencia Municipal de Salto

 “Considerando la relevancia de los aspecto ambientales y culturales de la Ciudad de Salto y su región, y la potencialidad que representa la voluntad de acción que ya se percibe para preservar y recuperar los valores de su Patrimonio, nos permitimos hacer las siguientes recomendaciones, como expresión de nuestro reconocimiento por la hospitalidad de la Ciudad de Salto y la oportunidad que se nos ha dado para iniciar un proceso de integración del Movimiento de Paisajismo Latinoamericano.

 

 

Parque Solari:

Consideramos de gran relevancia las acciones que se llevan a cabo con especial énfasis en el Jardín Español del Descubrimiento.

Recomendamos que se integre a éste parque, el conjunto paisajístico-arquitectónico de Las Nubes, que no solamente tiene su valor cultural-histórico ya reconocido, sino que también representa un potencial de : reserva de área verde que deberá estar integrado al tratamiento paisajístico del Parque Lineal El Sauzal” 

 

Recuperación  del Parco B. Solari" 

Licenciatura  de Diseño del Paisaje

En el año 2016  la Universidad de Milán conjuntamente con la Universidad de la República, la Intendencia de Salto, la Comisión de Patrimonio  Histórico de Salto auspician el  estudio  de  “Recuperación del Parque Solari” una Master Tesis para  acceder a la  Licenciatura de Diseño del Paisaje en un Ateneo de las Universidades de Milán,  Torino y  Génova. Con ese propósito viaja  a  Salto la Arqt.  Fabiola Cerutti   y permanece allí, los  meses de setiembre octubre y noviembre  de 2016  estudiando con un método internacional. Logra su licenciatura en la defensa  de  su  Master Tesis en Milán el  día de 2017. Un proyecto muy valioso  que ha interesado  a  las autoridades departamentales  las del  y  que la comisión  del Barrio Parque Solari  lo guarda  como una propuesta lúcida y posible. Recuerdan con afecto  las visitas  de Fabiola al Parque y la esperanza   que sembrara. 

 

Instituciones  sociales vinculadas  al Parque  

Sociedad d Amigos del Parque Solari 

Comisión Fomento,  Barrio Parque Solari 

Club de Football  Parque Solari 

Escuela Enrique Amorim, “Plan Internacional Globe", mediciones meteorológicas diarias.

Paseos  de Escuelas, Centros  CAIF (Centro de  Atención Infancia y la Familia)

El estudio social ha revelado que el Parque es visitado por miles de personas, la mayoría jóvenes. 

 

Carlos Pellegrino. Su presencia en Salto y en el Parque 

En ese entonces Carlos estudiaba  en San Pablo la Licenciatura  de Diseño del Paisaje. Se conocieron, con Leandro,  por la  vocación compartida  de intuir la  belleza en lo que nos rodea  para  rescatarla  viva. Sus  visitas  a Salto se hicieron recurrentes, a veces, coincidían con las de Silva Delgado.  Su  intuición descubría    paisajes  olvidados,   invadidos,  camuflados por  superposiciones     incoherentes. Advirtió   la vulnerabilidad de la Cantera del Terrible, un lago  de aguas transparentes  instalado entre las piedras oscuras que habían formado la represa. 

Carlos además, de  consignar  con Silva Delgado un interminable “escaneo” del paisaje, se incorporó  en otra dimensión cósmica del pensamiento. 

Lo conmovieron  los  paisajes consagrados en  los cielos, en el agua  escurrida, contenida en los   jardines, en el aire  reflexivo de los árboles, en las generaciones  muy antiguas  que lo habían transitado.

Sus huellas, las encontramos  siempre, a veces  desleídas, maltratadas,  sin su genio. Pero como la belleza pura, permanece latente, falta ir a buscarla.

Este concurso las hace evidentes. Una especie de milagro ha acontecido  un rescate al Parque  para que sobreviva. Los arboles añosos,  su lago de aguas enturbiadas, sus caminos carcomidos, sus áreas verdes ocupadas por deshechos, son un clamor  que se ha escuchado.

Este Concurso Internacional  lleva el nombre  de Carlos Pellegrino.  Convoca a estudiosos del paisaje de muchas latitudes. Las instituciones que lo prestigian y proponen  pisan las huellas  de Carlos, del Maestro.

Estiran una mano protectora a este Parque. Una mano que enseña  los secretos,  las reglas, el respeto del paisaje. Una coincidencia  prodigiosa que invita  a estudiar, abrirse al mundo.  Abrir los parques, los espacios verdes tendidos  a cielo  abierto para  encontrar  la paz  de  un árbol, la intimidad de  los rincones verdes y   seguir  los caminos largos  que invitan a andar,   seguir la vida.