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La transmutación ha llegado al Parque

08/08/2025
Un nuevo ser viviente cobra vida en la tierra llana y humilde de la Huerta .
La Compostera del Club de Niños Fátima se ha instalado .
La ciencia se incorpora a las manos de los niños plantadores. Sus maestras y su equipo enseñan el principio y el regreso. El camino de la vida.
Un montón de hojas se anidan que, con el paso del tiempo, del aire y de la lluvia, se convertirán en tierra viva.
Las lombrices las degluten y se reproducen , creando un ámbito donde se establecen otros pequeños seres vivos , muchos invisibles, que van alimentándose de este cúmulo misterioso de recursos.
Una cúpula de ramas se van deshaciendo lentamente.
Su belleza es interior , un cosmos libre , que elige destruirse para renacer en campo fértil.
Los niños saben esperar.
Conocen la sabiduría de esperar las cosechas. Las cosechas de las verduras que plantaron y disfrutaron en sus mesas.
Desde ahora esperarán la eclosión de seres vivos, sus aliados, que irán a nutrir los canteros que plantarán en el futuro.
Seremos capaces de aprender este legado?. El ciclo primario de la vida, contiene una llaneza no vistosa que pasa muchas veces desapercibida.
Las hojas las apreciamos solo verdes, “las hojas muertas” de la canción, las percibimos en ignorancia como “basura” .
La transformación cultural que estos plantadores enseñan, es lo sublime.
Otra vez el Club de Niños de Fátima da la nota , el acorde universal que abarca y conmueve .
El Parque agradece que se descubra la fertilidad de sus tesoros de hojas secas, pastos cortados, que año a año vierte en camadas que guardan el secreto palmario aunque controvertido que reverencia la vida que se transforma. Como dice la canción, las hojas secas , “muertas”, siempre recuerdan el amor y su vocación intacta de perdurar.